Capítulo 10: Órbita

(Capítulo anterior: 9: Ayahuasca)
Importante: Si llegas acá por primera vez, empieza por el capítulo 1. ¡No te spoilees!

F dejó caer a un Ketchup inconsciente en la silla del avión. Logró amarrar su cinturón de seguridad mientras sintió la presión de aceleración del motor. Luces de alerta pintaban rojo en toda el área. F se resbaló y tambaleando alcanzó su propia silla.

Pornactive Labs, perdido. Sus dos mejores guardias de seguridad, muertos. Phil, el doctor genio que dio la vida por F, perdido. Y una batería de misiles y ametralladoras impactando el avión desde todas las direcciones.

- ¡Ametralladoras! - gritó Andrés desde la cabina -. ¿!Puedes creer que nos están tratando de derribar con ametralladoras!?

F sabía que el Scramjet fue diseñado para soportar mucho más que simples balas. Pero antes de subir vio una lluvia de misiles que trataban de impactar el avión.

- ¿Qué hay de los Tomahawk? - preguntó F con dificultad.

- He evadido misiles Tomahawk, Sidewinder, Hellfire y hasta un maldito Javelin. Alguien nos estaba esperando. ¿Tu amiga francesa?

- Llévanos a órbita, luego preguntas.

- Puedo ser multitarea, F.

Afuera, el Scramjet lentamente se elevaba por encima de los edificios para encender sus motores primarios. El láser antimisiles del avión rotaba a toda velocidad derritiendo la electrónica de tantas cabezas de artillería como era capaz. Bengalas desviaban otras. El escudo metálico de la nave empezaba a sufrir por la constante lluvia de proyectiles.

Al fin, el scramjet estaba fuera de edificios. Encendió su propulsión principal y voló más rápido que nada hacia el espacio. F aprovechó los últimos minutos de conectividad para razonar con el enemigo.

<F> ¿Me quieres matar, J?

<J> ME DISPARASTE EN LA MEJILLA

<F> ¡ME LANZASTE CIEN MISILES ENCIMA!

F sentía una vibración diferente en el vuelo. No era turbulencia. Algo mecánico había cambiado. Antes de que pudiera preguntar a Andrés, su móvil sonó.

<J> No fui yo.

Era obvio que Juliane mentiría. ¿O no? ¿Qué ganaba con mentir? ¡No! ¡Claro que mentiría! Pero ella lo quería vivo... Y bombardear Dubai no era precisamente la doctrina de Interpol. ¿Tiene Interpol tantos misiles? ¿En el Golfo Pérsico?

<F> ¿Cómo me encontraste?

<J> Pascal es un patriota.

Ese billonario hijo de puta francés de m... ¡Prioridades!

<F> Phil falló y mi laboratorio está intacto, ¿verdad?

A F le quedaban pocos segundos de señal.

<J> En minutos vendrá una flota de mis helicópteros espectro. Voy a sacar cada secreto que este lugar tenga. Mejor si te entregas ya mismo. 

<F> Juliane, cuida el Sintetizador. El resto no me importa, pero cuida el Sintetizador. 

La vibración del avión se fue, la señal del móvil se perdió, la gravedad se hacía más y más débil. El Scramjet estaba entrando en una órbita estable de caída libre.

Las luces del avión se apagaron. Sólo tenues LEDs de emergencia seguían prendidos. No se escuchaba más que el sistema de condensación del aire y la respiración del inconsciente Ketchup. Andrés abrió la puerta de la cabina y flotó hacia F.

- No fué Juliane la del bombardeo - se adelantó F -. Aunque sí que nos encontró por Pascal.

- Francés billonario hijo de p...

- Pascal era una apuesta desesperada por combustible y la perdimos. Pero saqué la información que quería de Ketchup.

Andrés miró al niño dormido, cuyos brazos flotaban libres frente a su pecho. Esferas de saliva volaban alrededor de su boca. Andrés lo limpió con la manga de su traje.

- No es suficiente F. Aunque fueran chinos los que pasaron armas nucleares por la frontera, ¿sabes cuántos inmigrantes chinos hay? No apunta a la Federación.

- ¡Todo internet lo sospecha! Todas las teorías apuntan a ellos como el único poder con la tecnología y los motivos.

- Israel tenía la tecnología. O Rusia, o Irán, Japón, India, Pakistán. Toda la Unión Europea. Por dios, hasta Corea del Norte.

F apretó los dientes y le quitó la mirada a su hermano.

- Es la única pista nueva que tenemos.

- Hay otra pista. ¿Quién nos intentó derribar? ¿Quién nos encontró si Juliane no fue?

F no había pensado mucho en eso. Si alguien te quiere matar gastando millones de Yuans en misiles, quizás tenga una fuerte razón.

- ¿Pascal?

- Él nos entregó a Interpol y quedó limpio. ¿Para qué bombardearnos?

- No tengo idea.

- Todos fueron misiles de la OTAN. Viejos. Y si no fue la Unión...

- Andrés, ve al punto.

Pero F sabía a dónde iba Andrés.

- Los Tomahawk se disparan desde grandes barcos o submarinos. ¿No coincide con quién te ha tratado matar recientemente?

- Ah, la vieja Marina de Estados Unidos.

- Juliane te acusó en streaming de ser cómplice del Holocausto. Nada quiere la marina más que venganza.

- ¿Soy enemigo público número uno?

- Somos.

Andrés tenía razón. Juliane, queriendo o no, era la fuente de todo lo malo en la última semana.

- Aún si es verdad, el ataque vendría de submarinos o destructores en el Golfo. La marina del Turf no habría permitido esto nunca.

- O trajeron plataformas móviles de disparo a Dubai, F. Como sea, alguien nos quería matar en serio.

Andrés se mostró preocupado. F sabía que había algo más.

- ¿Lograron herirnos?

- Hay daños en los propulsores VTOL. Ya no podemos aterrizar en casa. Necesito una pista de aterrizaje.

- Y Juliane tiene Pornactive Labs. Cuando descubran cómo funciona Solinax tendrán evidencia para forzar al Príncipe a entregarme.

- ¿Y si escapamos a Australia?

- No es mala id...

Un mensaje de alerta sonó en la cabina. Andrés saltó con fuerza hacia los instrumentos y activó una comunicación teóricamente imposible de recibir.

"Están en espacio aéreo de la Federación China y en violación al decreto de no proliferación de armas en el espacio. Obedezcan este vector de aterrizaje o serán destruidos."

- Ahm, ¿F?, los chinos quieren que aterricemos en Shanghai.

- ¿Qué carajo? ¿Cómo están comunicándose? ¿Cómo saben cómo contactarnos? ¿Dónde estamos volando?

- No sé, no tengo idea y el Océano Ártico.

¿Satélites? ¿Una radar direccional en tierra? F no podía tener tanta mala suerte.

- Dime que podemos escapar.

- Si enciendo motores seremos muy visibles a radar, pero cambiaríamos a una órbita imposible de seguir. Nada debería... ah mierda.

En el radar pasivo del Scramjet aparecieron objetos que no deberían estar ahí. Desde tres direcciones rodeaban al Scramjet, apenas en el horizonte. Sus trayectorias los acercaban poco a poco.

Los sistemas ópticos del Scramjet captaron la primera imagen. Naves hechas para vivir en el espacio. Con formas cilíndricas no aerodinámicas, paneles solares, motores vectoriales. Armadas con lo que parecían baterías de misiles y lásers. Una nube de polvo las rodeaba.

Andrés sintió su corazón parar.

- F, hay tres objetos, cien por ciento espaciales, acercándose. Tienen un escudo láser antiescombros que estoy seguro hace más que eso. Son visibles al radar y parecen muy hostiles.

F entendía perfectamente la situación y sintió un vacío en el estómago.

- ¿Ellos nos ven?

- No. Mi teoría es que detectaron el despegue y predijeron nuestra posición. Estoy liberando gas lateral lentamente para quitarnos del camino y ninguno ha corregido su ruta.

- Eso es bueno.

- Pero en minutos nos podrán ver con sus cámaras.

Ambos hermanos se miraron esperando encontrar respuestas. El Scramjet era un avión militar de carga, con poderes defensivos más que ofensivos. Y el enemigo era desconocido.

- ¿Podemos pelear?

- Escapar de Dubai nos dejó mal.

- ¿Pero podemos pelear?

- Pelear... sí.

- ¿Podemos ganar?

Andrés vio al niño y a F. Soltó sus manos de la silla y flotó libremente por unos segundos.

- Sólo si confías en mi.

- Confío en ti, carajo.

- Ve a la parte de atrás del avión, al baño. Enciérrate con Ketchup. Expulsaré el aire de esta área para cambiar de curso sin encender los motores. Luego usaré todo lo que tenemos.

F sabía cuando pelear, cuando discutir y cuando callarse y obedecer. Empezó a desabrochar al dormido Ketchup.

Andrés cerró con presión la puerta de su cabina. F desenganchó a Ketchup y lo arrastró hacia el baño, donde ambos se encerraron con sello hermético.

- Gana - dijo F al final, desde su encierro.

- Sólo mírame volar.

El Scramjet no fue diseñado para combate, pero si algo amaba el viejo imperio era sobregastar en armas. No tenía misiles pero sí ametralladoras, bengalas, disruptores electromágneticos y un útil láser antimisiles que bien podía ser antinaves.

En el instante que el Scramjet hiciera un movimiento brusco, era imposible predecir cómo reaccionaría el enemigo.

El avión reorientó su nariz lentamente para apuntar a una de las naves. Andrés calculó el cambio de órbita que sufriría tras disparar. El computador de navegación le generó una solución de fuego. Eran tres naves, él sólo tenía dos disparos y la esperanza de un tercero.

Andrés exhaló y puso Another One Bites The Dust en la radio de su traje. Su dedo empujó el disparador.

El Scramjet disparó miles de proyectiles supersónicos de su cañón frontal al tiempo que el láser antimisiles concentró todas las celdas de poder en el segundo enemigo. La nave impactada por el láser empezó a rotar y desintegrarse en el horizonte. La primera nave intentó evadir los proyectiles, pero fue impactada y estalló a lo lejos.

Andrés activó el propulsor principal bruscamente, pero la tercera nave ya había predicho su movimiento. Misiles, proyectiles y algo que Andrés no identificó salía a toda velocidad en su dirección. La última nave sobreviviente se movía con una aceleración y trayectoria imposibles de soportar para un ser humano. ¿Drones? ¿En el espacio sin satélites?

No, las naves tenían que tener piloto. Y Andrés acababa de derribar a dos. Sólo tenía que evadir y sobrevivir.

De una órbita completamente distinta, una lluvia de pequeñas piezas de metal impactó el Scramjet. Las piezas destruyeron el ala derecha. Ya nunca podrían aterrizar.

De inmediato, la tercera nave disparó un láser más poderoso que el del Scramjet y perforó la cabina de pasajeros de lado a lado. Luego aceleró a quince gravedades y escapó de la zona de fuego del Scramjet.

El avión giraba lentamente tras el impacto. Ketchup empezaba lentamente a reaccionar tras revolcarse con F en la cápsula sellada del baño.

- ¿Qué fue eso? - preguntó F desde su refugio.

- Nada de qué preocuparte.

- Andrés, veo el diagnóstico acá. No tenemos presión de aire afuera. Estoy encerrado.

- Lo positivo es que ya me encargué de dos de ellos.

- ¿Y el tercero?

Andrés pensó en mentirle a F, ¿Pero para qué?

- El tercero no me ve en su radar, pero nos dejó mal. Volverá pronto. Si hacemos cualquier cosa, seguro nos derriba.

- ¿Qué vamos a hacer?

Andrés, por primera vez en años, se puso el casco de su traje. Activó el oxígeno auxiliar, inhaló el aire comprimido y notó que olía a galletas. Al Scramjet sólo le quedaba un arma.

- Voy a ganar.

Años de mentirle a F valieron la pena. El baño no era un refugio, sino una cápsula de escape. F vio en las paredes el aviso de eyección en cinco segundos.

- ¡ANDRÉS¡ ¡QUÉ ESTÁS HACIENDO! ¡NO, NO!

- ¡No arruines esta oportunidad, F! ¡Por mi madre, no la arruines!

- NO, NO TE MUERAS, HIJO DE PUTA, NO TE ATREVAS A DEJARME SOLO, ANDRÉS, PEDAZO DE M...

La comunicación con la cápsula se cortó. El Scramjet eyectó a F y a Ketchup a toda velocidad en ángulo de entrada a la tierra. La nave china detectó la eyección y aceleró para interceptar la capsula. Andrés contaba con eso.

El Scramjet aún tenía mucho del combustible mágico de Pascal. Las toberas laterales del avión dispararon gas con furia. Andrés desactivó los límites de software del motor y se impulsó a velocidades inhumanas contra la nave china.

La nave enemiga entendió el plan y cambió su ruta de vuelo para evadir al Scramjet. Andrés no pudo evitar sonreír

- Así que sí tienes piloto.

La maniobra de colisión era muy fácil, pero la aceleración casi imposible de soportar. Andrés reorientó con esfuerzo su avión y notó que empezaba a perder sensibilidad en las extremidades. La nave china hizo su mejor esfuerzo, pero Andrés era simplemente mejor.

El piloto experimental del avión suborbital más avanzado del mundo susurró suavemente "Another one...".

Y estrelló setenta toneladas de ingeniería americana contra una maravilla militar china, en una espectacular explosión que nadie escuchó.

(Sigue leyendo el capítulo 11: Antibunker)